Viviendo con una ataxia de Friedreich desde hace más de tres décadas

viernes, 6 de marzo de 2015

Solo eres lo que sientas que eres.

"Deja que la noche traiga al día,
que tu lucha merezca
la pena...


A veces, me imaginaba a la Ataxia de Friedreich, a ése señor que había venido a cenar sin que nadie le invitara, como un monstruo enorme, deforme, de un verde oscuro casi negro. Siempre al acecho. Esperando. Vigilando. Tendía sus largos y huesudos dedos hacia mí. Yo sólo tenía que aprender a vivir con aquel horripilante ser. Era ardua, casi imposible, la tarea de despistar a la enfermedad que se había convertido en mi sombra, pero yo era demasiado bruta, o simplemente rebelde, o sólo una eterna enamorada de la vida, y no me daba la gana dejar de sonreír al aire porque dijeran que estaba enferma, o porque aquella nauseabunda criatura siguiera mis pasos siempre.
¿ Cuántos seres humanos se sienten minusválidos sin serlo?
¿ Y cuántos seres humanos nunca se sentirán minusválidos siéndolo?

Sólo eres lo que sientas que eres."

 
De mi novela Claridad, de momento sin editor…
(por lo que todavía no existe el libro)

1 comentario:

Alberto Hugo Rojas dijo...

SI SE DESEA Y SUEÑA SIEMPRE SE PUEDE!